Yann Marussich en la Bienal Internacional de Danza de Ceará [BR]
Brasil — Eventos
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Artista provocador, Yann Marussich [CH] busca, en sus performances, que el espectador no salga indemne. No fue diferente con las cuatro obras que llevó a la 13ª Bienal Internacional de Danza de Ceará, que tuvo lugar del 9 al 18 de diciembre de 2021.
En «Bain Brisé» (2010), el artista aparece sumergido en una bañera llena de vidrio. Comparte esta escena íntima no para revelar un lado sobrehumano de su acción, sino para crear imágenes oníricas y escenas triviales de un baño hecho público.
Para «Blanc» (2015), realizada en un espacio público, aparece todo de blanco y se pone inmóvil en silencio. Se invita a los transeúntes a responder a una pregunta dibujando y escribiendo en el traje del artista, que propone así una forma lúdica de hacer poesía urbana y colectiva, que evoluciona según el contexto.
«AGOKWA» (2016) es un homenaje a la figura del hombre-mujer común en los pueblos amerindios. «Rindo homenaje a los chamanes que viven dentro de nosotros y a los que nos cuesta reconocer. Rindo homenaje a esos hombres-mujeres que han sabido dar vida a las partes femeninas y masculinas que están intrínsecamente en ellos, pero también en cada uno de nosotros. Porque de esto estamos hechos y debemos reconocerlo, de lo contrario nos convertiremos en perros, los mismos perros que devoraron a los Agokwa», dice el artista.
En «Pot-Pourri» (2021), por su vez, Marussich crea una lentísima composición de cuatro horas que se descompone y recompone en una improvisación imperceptible, como la constante recomposición de la configuración de los granos de arroz en torno al artista.
Marussich tiene una larga relación con la Bienal de Danza de Ceará. Además de las performances presentadas en algunas ediciones, en 2010 realizó una residencia artística con Cia Alysson Amancio, cuyo resultado fue la pieza «Com Cheiro de Peixe Criado», presentada en la Bienal de Par em Par del mismo año.
SOBRE EL ARTISTA
Yann Marussich es bailarín de formación y trabajó con varias compañías francesas entre 1983 y 1988 (Ballet Ludécher; Compagnie Vocalise Danse Théâtre; Compagnie Dominique Petit). Al mismo tiempo, se interesó por las artes marciales. A partir de 1989, creó sus propias piezas y desarrolló una carrera internacional como bailarín y coreógrafo. De 1993 a 2000, trabajó en el ámbito de la programación artística como director del Théâtre de l’Usine (Ginebra), donde programó danza contemporánea y, más concretamente, nuevas formas de expresión. Fundó el Estudio ADC (Maison des Arts du Grütli, Ginebra) en 1993 y fue responsable de su programación artística de 1993 a 1998. También se dedica a escribir y dibujar.